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Russo piensa en la Copa Libertadores y marca sus prioridades en Boca

El entrenador de Boca observa con preocupación el prolongado parate del fútbol en la Argentina ante los poco más de 50 días que faltan para que se reanude la Copa Libertadores, y el 17 de septiembre el «xeneize» visite a Libertad en Paraguay por el el Grupo H.

Lejana en el recuerdo, a pesar de que apenas pasaron cuatro meses, aquella noche del 7 de marzo que su equipo se consagró campeón de la Superliga, Russo sabe que el conjunto paraguayo, dirigido por Ramón Díaz, ya tiene rodaje y el martes volvió a competir, cuando perdió 2-1 contra Cerro Porteño por la liga local.

El DT boquense, dicen desde su círculo íntimo, sabe que por el aislamiento y la cuarentena derivada de la pandemia de Covid-19 todo es día a día.

Russo piensa en cómo mover las piezas para armar un Boca que se parezca mucho en nombres al que salió campeón este año, pero que a la vez tenga los refuerzos necesarios para poder lograr el gran objetivo, que es ganar la Copa Libertadores.

En Rosario, su lugar en el mundo en este aislamiento social obligatorio y preventivo, junto con su familia, el entrenador disfruta de algunas de las libertades que da la fase 5 que tiene esa ciudad santafesina.

Tras su rutina de caminatas a la vera del río Paraná, café con amigos, y la práctica de golf, Russo observa través de la aplicación Zoom el entrenamiento del plantel y habla con los integrantes del departamento de fútbol, de manera especial con Juan Román Riquelme su cabeza principal.

«Con Román hablamos de fútbol como cuando él era jugador y yo su entrenador. Y hoy que es dirigente, seguimos de la misma manera. Cada uno sabe lo que busca el otro, nos entendemos mutuamente y eso es muy importante», fue la definición del técnico en conferencia de prensa cuando su equipo salió campeón.

Es tan buena la relación de Russo con el ídolo xeneize, con el presidente Jorge Ameal y con el resto de la dirigencia, que en Boca ya se piensa en renovarle su contrato en diciembre próximo al menos por 12 meses más.

Dicen sus allegados que Russo no ve la hora de volver a instalarse en el centro de entrenamiento de Ezeiza. Por haber tenido una enfermedad oncológica y que tiene 64 años, edad considerada de riesgo, le pondrán una carpa en una zona elevada del predio, un espacio cerrado en el comedor del primer piso con un ventanal a las canchas e incluso cámaras para seguir los movimientos de los futbolistas.

Si no puede estar en el campo de juego los primeros días, el DT será secundado por sus ayudantes Leandro Somoza y Mariano Herrón.

Los primeros tres nombres que pidió como prioridad para que se queden fueron Carlos Tevez, Mauro Zárate y Franco Soldano: los dos primeros ya llegaron a un acuerdo, y por el ex Unión están tratando de acordar con Olympiacos de Grecia, dueño de su pase, para lograr un nuevo préstamo.

De bajo perfil, aquellos que están cercanos a Russo comentan que su dialogo con «Carlitos» en el peor momento de la negociación con el club fue muy importante para destrabar la renovación del contrato del ídolo.

A la gente de fútbol del club, con mucho entusiasmo, les dice que éste será el año de Mauro Zárate. En una nota reciente, el delantero dijo: «Gracias a Russo (fue su DT en Vélez) tuve la carrera que tuve y que tengo, él me enderezo en el fútbol y me hizo profesional».

Por último, otro tema que preocupa a Russo es la situación de Sebastián Villa, quien tiene una denuncia penal en su contra realizada por su expareja, Daniela Cortés, por violencia de género.

El extremo colombiano fue una de las figuras de la última parte de la Superliga y el técnico tuvo varias conversaciones con él. Russo quisiera que se quede, pero sabe que en el medio se juegan intereses económicos y políticos, mientras llegaba una oferta de Atlético Mineiro para llevarlo a préstamo que no fue aceptada.

El resto del armado del equipo, en la cabeza de Russo, es muy parecido al de comienzo de año: Esteban Andrada titular indiscutido en el arco; atrás seguirán Lisandro López, Carlos Zambrano y Frank Fabra, mientras que Carlos Izquierdoz por ahora esta un escalón más abajo de ellos.

En el mediocampo, Jormán Campuzano, Guillermo Pol Fernández (a quien en diciembre se le comprará el pase) y Eduardo «Toto» Salvio, mientras que el otro extremo queda por definir.

En este circuito de juego ya no estaría Emanuel Reynoso, quien podría ser transferido al Minnesota United, ni Gonzalo Maroni, que volvió de Europa y podría ser cedido a préstamo a Independiente.

Adelante, los nombres son Tevez, Zárate, Ramón «Wanchope» Ábila; la posible continuidad de Soldano y quizás también el regresado Walter Bou.

El objetivo es muy alto: el mismo que Russo consiguió el 21 de junio del 2007, cuando con Riquelme en la cancha logró ante Gremio la Copa Libertadores, la primera de su cosecha y la sexta en las vitrinas «xeneizes».