“Nos estamos quedando sin nada”
Miguel Casado quiere saber quiénes fueron los autores del atraco en Madryn. “Es una vida de trabajo que la destruyen con saña”.
Preocupación, indignación mezclada con bronca e impotencia vivieron los propietarios de la estancia asaltada la noche del viernes y donde los delincuentes se alzaron con un botín de 50 mil pesos en efectivo, equipos de trabajo, armas de fuego, vehículos y animales que faenaron en el lugar, además de trasladarlo con un tractor que abandonaron sobre la ruta provincial 4. El lugar está ubicado a 15 kilómetros de Puerto Madryn y a tres mil metros de la ruta nacional Nº 3.
Miguel Casado, propietario del campo, reconoció que “sufrimos un asalto a mano armada cuando se encontraba el encargado del establecimiento”, indicando que “él se encontraba en la casa cuando cuatro personas encapuchadas, armadas, lo asaltaron, lo golpearon y pedían la plata”.
Durante el tiempo que ocurrió el robo, los malechores “le sacaron 2.500 pesos, los celulares pero pedían por la plata y querían saber dónde estaba la camioneta blanca que es mi camioneta”, comentó Casado. Sin respuestas del encargado a sus pedidos “entraron a mi casa donde rompieron todo, las ventanas y no conforme con ello se llevaron un televisor recién comprado, bombas de agua, una colección de armas de fuego, todo lo que encontraron, colecciones de cuchillos. No quedó nada”.
Pese a todo ello, “volvieron al galpón a decirle al muchacho que necesitaban más dinero”, además de ir a otro galpón donde “encerraron la hacienda y mataron dos novillos. Uno lo faenaron ahí mismo, pusieron marcha el tractor con carro y todo y se llevaron todo”, comentó Casado, describiendo la forma en que fueron desvalijados por estas personas.
Los propietarios del establecimiento se anoticiaron del robo porque el trabajador logró escaparse y correr en la oscuridad hasta la casa de su hermana donde alertaron a la policía del atraco.
Para intentar dimensionar lo cuantioso del robo, el empresario puntualizó que “fui a buscar una bomba y me costó 3 mil dólares, una bomba de profundidad para poner un aljibe para que tire agua a la casa, 6 mil pesos. El dinero en efectivo que era para pagar hoy- por ayer-”. Más allá de las cuestiones materiales, Miguel Casado explicó que “no puedo estar tranquilo porque está mi familia, la familia de este muchacho y sin gente no puedo trabajar y no la puedo tener armada porque te van a matar a vos. Acá no es una sola persona sino un grupo comando”. Por el accionar y los datos que los delincuentes expresaron tenían un conocimiento previo de los movimientos y de las personas del campo que evidencian un trabajo de inteligencia realizado durante un tiempo.
Esta hipótesis se reafirma porque los cuatro asaltantes ingresaron por la ruta 3, a la altura del Gauchito Gil desde donde caminaron 5 mil metros. Con todas las cosas en su poder encendieron un tractor con la jaula y se trasladaron hasta la ruta 3 donde los aguardaba una camioneta en la cual se dieron a la fuga.
Ante lo sucedido, pese a lo cuantioso de las pérdidas materiales, el propietario de la estancia reconoció que se tiene que estar “contento porque al muchacho no le pasó nada”, dijo Miguel Casado, quien recalcó “yo velo por sus familias. Es muy duro y tengo una bronca terrible y queremos saber quiénes fueron no para tomar represalias. Es una vida de trabajo donde nos estamos quedando sin nada porque no sólo van a robar, sino lo hacen con saña y a romper”.
En sus palabras describía el sentimiento que lo alberga tanto el productor como a su familia porque los delincuentes “van a matarte” en referencia a la violencia descargada contra el peón de campo.
Ahora hay que “limpiar, seguir, ponerse en contacto, pagar aquello que se pueda y lo otro deberá esperar. Hay que seguir porque no queda otra” .
Diario JORNADA