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La boxeadora Liz Crespo denunció a su pareja por violencia de género

El hecho sucedió a inicios de agosto último en la vivienda que ocupaba en Puerto Madryn. Ella estaba con un compañero de estudios cuando su expareja, un pescador, llegó y la sorprendió. Al ataque se sumó la familia del agresor junto a quienes destruyeron un automóvil.

La conocida boxeadora madrynense Lizbeth Crespo sufrió un episodio de violencia de género por parte de su pareja y la familia de éste. Según denunció en la Comisaría de la Mujer de Puerto Madryn, sufrió golpes en la cara, amenazaron con matarla y le destruyeron el auto.

Sucedió el domingo 1º de agosto por la mañana. Según consta en la denuncia, Liz se encontraba estudiando en su casa con un compañero cuando su expareja -un pescador- llegó después de un viaje laboral, creyó que lo engañaban y comenzó a agredirla.

Detalles

“Llegó violento. Golpeó la puerta y le dije ‘Hola amor, estoy con un compañero estudiando’. No me dejó darle explicaciones y me pegó una piña”, dijo a Jornada.

“Me rompió el labio y entré en shock –relató–. Me fui a encerrar junto a mi compañero en el baño. Él trató de romper la puerta y quemarnos”. En la denuncia consta que su pareja la amenazó: “Puta te voy a matar, te voy a prender fuego, no vas a salir viva de acá”. En ese momento, Liz llamó a la Policía para dar urgente conocimiento de los hechos.

Antes de que la Policía se haga presente, llegaron los familiares de su pareja: madre, hermana, cuñada y padre. “Escuché que la madre le decía ‘Vamos a hacerle mierda el auto’. Yo estaba encerrada del miedo”, explicó la deportista.

Cuando llegó la Policía, la violencia continuó: “La madre me agarró del pelo, me tiró al suelo y la hermana tenía la intención de apuñalarme con un cuchillo”.

Liz Crespo denunció que se llevaron sus documentos y su ropa. “Me destruyeron el auto y la ropa, no me dejaron nada”.

Liz contó: “Yo había empezado a estudiar para ser policía y él jamás había estado de acuerdo. Nunca me apoyó. Siempre recibí maltrato psicológico y físico. Nunca salí a hablar por miedo y porque yo lo amaba, no quería ensuciar nuestro vínculo”.

Perjuicios

Este episodio de violencia perjudicó su carrera deportiva y sus estudios. “Me desafectaron de mi instrucción policial porque la madre me hizo una denuncia diciendo que yo la había golpeado. Es mentira. Esa denuncia a mí me complicó la vida. Me sacó mi carrera”.