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A fin de año llega a las farmacias del país el misoprostol, la droga del aborto

El laboratorio que produce misoprostol, la droga que se utiliza para interrumpir un embarazo, confirmó que llegará a las farmacias de todo el país antes de fin de año, luego de que la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología (Anmat) autorizara su expendio «bajo receta archivada».

«Estamos haciendo las gestiones para que para fin de año en las farmacia de todo el país esté disponible para la venta la presentación de 12 comprimidos de Misop 200».
«Estamos haciendo las gestiones para que para fin de año en las farmacia de todo el país esté disponible para la venta la presentación de 12 comprimidos de Misop 200 tras la aprobación de la Anmat», dijo a Télam Carina Rismondo, directora técnica del laboratorio Domínguez, que tiene a cargo la producción de la droga.

Hasta ahora el misoprostol sólo se distribuía en hospitales en presentaciones de 20, 48 y 100 comprimidos vaginales pero tras la autorización de la ANMAT los ginecólogos lo podrán recetar a sus pacientes en presentaciones de 4, 8 y 12 comprimidos vaginales en el consultorio, según la resolución del organismo.

«Es una muy buena noticia. Es un gran avance, porque esto allana el camino para la atención de las mujeres, que es lo más importante», afirmó la médica Mabel Bianco, presidenta de la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM).

Bianco recordó que «el aborto está permitido según la ley y es en esos casos donde se va a poder utilizar, se va ampliar la aplicación de este derecho».

Los médicos podrán recetar el Misop 200 cuando consideren que la mujer está bajo alguna de las circunstancias que prevé la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) en el artículo 86 del Código Penal, es decir, sólo cuando el embarazo represente un peligro para la vida de la mujer o para su salud (entendida como el bienestar físico, mental, emocional y social) y si el embarazo proviene de una violación.

Actualmente el misoprostol se consigue en las farmacias a través de un medicamento llamado comercialmente Oxaprost (Laboratorios Beta), que viene combinado con diclofenac, que no está autorizado con fines ginecológicos y cuesta 4.500 pesos.

«Es muy reciente la aprobación y no sabemos todavía el precio que tendrá el Misop 200, pero va a ser más económico que el Oxaprost y además es de uso específicamente ginecológico», explicó Rismondo y adelantó que el medicamento tendrá troquel, por lo que será cubierto por las obras sociales.

«Veníamos pidiendo desde hace años el uso ginecológico y obstétrico del misoprostol. Es excelente que exista una droga especifica y no tengamos que recurrir a esa cosa desprolija de comprar un medicamento que no era para eso», opinó por su parte Mario Sebastiani, ginecólogo del Hospital Italiano y docente.

Sebastiani consideró que la aprobación de «un medicamento con una sola droga para interrumpir el embarazo es una medida en favor de la dignidad de las mujeres».

La provincia de Santa Fe fue la precursora en aprobar la producción de misoprostrol para fines ginecológicos en marzo de este año, con el Laboratorio Industrial Farmacéutico Sociedad del Estado (LIF), que lo distribuirá de forma gratuita en hospitales y centros de salud. Se espera que el primer lote esté listo para diciembre en formato oral, sublingual y vaginal.

«En el fondo, la sociedad no se quedó cruzada de brazos. Desde distintos grupos de la política, algunas asociaciones médicas y otros colectivos de mujeres se le estaba pidiendo a la Anmat que autorizara esta medicación a fin de que las mujeres no tuvieran que acudir a un mercado negro», agregó Sebastiani, al recordar que el Senado rechazó el 8 de agosto el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo que había sido aprobado en la Cámara Baja.

Desde las organizaciones en contra del aborto nucleadas en Unidad Provida adelantaron a Télam que «están estudiando» el tema, mientras que Raúl Magnasco, presidente de la Fundación Más Vida, declaró hoy a medios nacionales que la autorización de la Anmat «tal como se publicó implica un riesgo muy alto para nuestro país en cuanto a la salud pública, como así también en cuanto a la legalidad y respeto a la democracia vigente».